jueves, 11 de febrero de 2010

La heroica Cartagena

El sol arrasaba sus brasas de 31 grados constantes en la Ciudad Amurallada, donde descansan los fantasmas piratas y las mulatas caribe. Balcones medievales, "españolísimos" y en flor, nos advirtieron el respeto por el pasado, su sabor inquisitorial  de conquista y encantamiento. Cuando nos depositamos dentro de la muralla, a eso de las 12 y después de dormir unas horas en "La Española", nuestro Hostal que tiene todo para ser pocilga (hasta un balcon con toda la carrera 30 de fondo) menos el aire acondicionado, y eso amigos, es lujo aquí.
La heroica Cartagena, ciudad amurrallada a mi tiempo y a este nuevo mundo, con la calle que es verbena constante, de azules, verdes y amarillos; de ladrillos que besan callejuelas, de brisa escasa de Parque Bolivar. Es de cuento este sitio, de "Paseo del Escribano", de "Playa de Artilleria", de "Plaza de la Aduana", de verte leída en Gabo en cada recobeco del amor en los tiempos de cólera, en cada esquina vallenata y dulce, cual tu limonada inmensa, cual tu cielo que cae repentino.
A la tarde caminamos y nos tostamos cantidad entre el aire mulato y los carruajes rumiantes: toda la ciudad amurallada, Bocagrande y su playa (el barrio mas exclusivo de la ciudad, contraste exacto con Manga, el cercano a la terminal y alejado a prospectos turisticos, de pueblo y sacrificios) y "Donde Fidel", nuestro autentico lugar convertido en parada obligada, en la Plaza de los Coches. Nada que ver con Castro, sino con su dueño del mismo nombre, y donde se siente la salsa desde los retrados de su dueño con todos los salseros conocidos y no tanto. Alli mientras suena "La Juma de Ayer" se ven fotos de Ruben Blades, Cheo Feliciano o el gran Oscar De Leon. Con unas chicas de argentina - Maria y Marina - tomamos una cerveza en "Quiebra-Canto", un bar frente al Centro de Convencioes de Cartagena y conocimos a un barman igual a Hugo Chavez en "Mrs. Babilla", foto previa con él incluida.
Se puede decir si nos ponemos serios que hay dos Cartagenas, sin salir de la muralla. La de crucero internacional y esta donde nos hospedamos. La del barrio viejo y la del pobre Getsmani. Pero aqui, sin dudas, el pueblo mulato y negro acuerda su suerte y los sueños extranjeros se atan a su pasado y mejor cita. En este barrio, donde esta nuestro Hostal, de dignidad y balcon, la calle aventura situaciones a todo tiempo y los segundos que la brisa te respira, y se encuentran desde ya, los sitios preferidos, y menos costosos. Habria que declarar a Getsmani, tal vez, patrimonio de la humunidad de Cartagena - ciudad heroica y ya declarada asi -, justo reclamo a tu negredad, bailadora y chevere.
El otro dia amanecio temprano y Ayer fuimos a "Bocachica", una playa que queda en una isla casi desierta, donde yace un fuerte español en la entrada a la bahia de Cartagena, tras cuarenta minutos de lancha. El agua sabrosa y nuestro guia Eliecer merece todo un relato separado que sin dudas excede estas lineas. El moreno nos pegó para siempre frases como "educación" (cuando les decia a los vendedores que nos atacaban de todo tipo y color), "usted ya sabe" (a mi, no a Matias), "no tengo nada que ver con el negocio" y el incrible "soy negro, pero formal", contandonos lo dura de la vida de un pescador (desde ya, nunca lo vimos no acercarse al mar). Al final le dimos una propina (le debo poner aqui: no compartida por Mati), y nos reimos mucho en un dia compartido con Ricardo y su mujer (no recuerdo el nombre ahora, la que hizo parar el bote y volver de regreso por un vestido violeta que valia menos que mi malla viajera) - colombianos - y Gabriela y Guadalupe - argentinas -. A la noche conocimos "El Patio de la Cerveza" un sitio de ensueño dentro de una fortaleza que da a la bahia y "Ay Candela", atando suerte de rumba y Monumento con nuestras amigas argentinas de Bocachica y que acompañaron el cansancio traido de dias de viaje y trajinar. Por supuesto, seguimos pidiendo a Carlos Vives y al (ya) tema de este viaje, "El Cantor de Fonseca" de Carlos Huerta:

"Alguien me dijo de dónde es usted
que canta tan bonito esa parranda
si es tan amable tóquela otra vez
quiero escuchar de nuevo su guitarra.
Óigame compa' usted no es del Valle
del Magdalena ni de Bolívar
pues se me antoja que sus cantares
son de una tierra desconocida.
Y yo le dije si a usted le inspira
saber la tierra de donde soy
con mucho gusto y a mucho honor
yo soy del centro de la Guajira".

La historia de hoy, cuando se escriben estas lineas, merece parrafos separados. Letargo eterno, la Playa Blanca de Baru predispone un relato separado, de turquesa y quietud, de sol y noche caribeña, que esperemos terminar estos dias, ya que nos agarra el Carnaval de Barranquilla y alli como dicen aqui "quien lo vive es quien lo goza".

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