Estoy en la tierra del poeta de mi infancia. Andalucía esta plagada de carteles que te recuerdan. Platero, el pequeño, peludo, suave. Platero y yo. Huelva descansa su orgullo de esfinge global, a Moguer que hiciste inmenso en mi niñez. Pero en toda la comunidad verdiblanca, andaluza y de aceitunas, estas presente. Platereando los caminos secos y los olivares del horizonte.
Poeta con mayúsculas. Premio Novel de las cuartillas y las bulerías. Elegía andaluza. Advertencia de hombres. Recomendación de madre. ¿Por qué me retienes?. ¿Por qué me recuerdas a niñez gerliana encoplada, a callejuela en gris de arteria, a puentes viejos en higos morados?. “Acero y plata de luna, al mismo tiempo”, fuisteis. Sos hoy recomendación a niños.
Siempre me llamó la atención que, presente, constante, tuviste a tu ciudad natal de Moguer, inspiración y referente, como debe ser a todo hombre de bien, cual toda tu obra. Y ella claro, a vos. Cómo recelar de los olores de infancia, cómo desprenderse de la sangre que corre en venas y senderos, que nos hizo, a cada uno, a todos, uno, cada uno. Y parte de uno, en todos, en tierra, en pueblo, en urbe, acaso mundo. Lo dijiste ya tan maravillosamente: “Te llevaré Moguer a todos los lugares y a todos los tiempos, serás por mí, pobre pueblo mío, a despecho de los logreros, inmortal”. No sólo animalillo, como tu más mía…
Yo no sé decirme
por qué me retienes.
yo no sé qué tienes.
Tienes dulces años,
mas no son tus años;
tienes gran blancura,
mas no es tu blancura;
tienes alta frente,
pero no es tu frente;
tienes verde pelo,
pero no es tu pelo;
tienes áureos ojos,
tienes vivos labios,
mas no son tus ojos,
mas no son tus labios;
tienes armonía,
no es tu melodía;
tienes condición,
no es tu corazón...
Yo no sé decirte
por qué me retienes.
Yo no sé qué tienes...
A pesar de ello, siempre insinuabas, siempre veías. Fabula sin moraleja. Guardado en algodón, la carne de azúcar. Así advertías. “Advertencia a los hombres que lean este libro para niños”, decías en prólogos, y te encasillaron erróneamente como literato infantil. Pero sos poeta eterno. Sin tiempo. Moguer y mundo. Andalucía y República.
La atrocidad de la Guerra Civil te tomó en postura a favor del pueblo. Tuviste que abandonar los campos y las alondras, e irte a América. A 2 kilómetros de Moguer se encuentra la Finca Santa Cruz de Vista Alegre, una casa de campo ubicada en el paraje de Fuentepiña y desde la que se divisa una bella panorámica de Moguer. Se dice que bajo el pino que preside la casa está enterrado Platero ("Esta tarde he ido con los niños a visitar la sepultura de Platero, que está en el huerto de la Piña, al pie del pino redondo y paternal. En torno, abril había adornado la tierra húmeda de grandes lirios amarillos. [...]").

Hace mucho que no te leía, pero buscando estos versos en esta región de ensueño, la piel de gallina volviste, creación sublime de la ternura, de la infancia escapada y feliz. Gracias Poeta, por enseñarme todo sobre las flores y el campo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario