sábado, 5 de agosto de 2006

Platero y yo

“Platero, tú nos ves, ¿verdad?”


Estoy en la tierra del poeta de mi infancia. Andalucía esta plagada de carteles que te recuerdan. Platero, el pequeño, peludo, suave. Platero y yo. Huelva descansa su orgullo de esfinge global, a Moguer que hiciste inmenso en mi niñez. Pero en toda la comunidad verdiblanca, andaluza y de aceitunas, estas presente. Platereando los caminos secos y los olivares del horizonte.
Poeta con mayúsculas. Premio Novel de las cuartillas y las bulerías. Elegía andaluza. Advertencia de hombres. Recomendación de madre. ¿Por qué me retienes?. ¿Por qué me recuerdas a niñez gerliana encoplada, a callejuela en gris de arteria, a puentes viejos en higos morados?. “Acero y plata de luna, al mismo tiempo”, fuisteis. Sos hoy recomendación a niños.

miércoles, 2 de agosto de 2006

Fuente Vaqueros

"En este pueblo tuve mi primer ensueño de lejanía. En este pueblo yo seré tierra y flores".
Federico Garcia Lorca

Tomando un bus de Granada, ha 50 minutos de pueblo y olivares, y paradas y humedad, se halla Fuente Vaqueros. Los autobuses parten de la Avenida Andaluces, al lado de la estación del Renfe de Granada, y después de visitar La Alhambra, justo habrá que reconocer, poco queda al sorprender humano. Irrisorio queda para el ojo sensible. Pero “Fuentevaqueros” tiene hechizo. Y no por ser el pueblo natal de Federico.
Es mi primera soledad de viaje en esta Andalucía de magia. El bus sale repleto de pueblo, de señoras con bolsas de mercado, de niños que protestan llegadas, de olores de albahaca fresca, y llega al pueblo sin nadie. El chofer me avisa de la llegada con una mirada cómplice, cuando la calle de las Islas se hace catedral y el Paseo de la Reforma nace, diminuto, como sus dos cuadras.